La OPEP y sus aliados se adhieren a la política establecida de aumentar la producción de petróleo mensualmente, a pesar de las preocupaciones sobre una reducción de la demanda tras la nueva variante Omicron y el compromiso de la Casa Blanca de liberar reservas estratégicas de petróleo, y a pesar de todos los obstáculos que podrían generar graves problemas para la industria en los próximos meses.

Después de la fuerte caída del viernes pasado del 13 y 11%, el WTI y el Brent, respectivamente, se mantienen a un precio por debajo de los $70 por barril.

El riesgo de un posible exceso de oferta está aumentando. La OPEP está preocupada por esto, especialmente porque los informes internos de marzo sugieren una posible sobreoferta de 3,8 millones de barriles.

La Organización también es cautelosa ante la escalada de tensiones con Estados Unidos, que anteriormente pidió a la OPEP + que aumente los suministros a partir de enero por encima de los compromisos actuales de 400.000 barriles por día.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha unido fuerzas con China, el Reino Unido, Corea del Sur, Japón e India para liberar reservas estratégicas y evitar futuros aumentos en el precio del petróleo.

El presidente estadounidense está luchando para hacer frente a un fuerte aumento en los precios de la gasolina, mientras que su índice de popularidad descendente lo pone bajo presión antes de las cruciales elecciones de mitad de período del próximo año.

A principios de esta semana, Deutsche Bank publicó un pronóstico bajista para el petróleo, alegando que el precio del WTI podría caer por debajo de $60 por barril el próximo mes.

Michael Xue, un especialista en investigación de materias primas, sostiene que habrá un enorme exceso de oferta en el mercado del petróleo el próximo año.

Esto implicó un retraso en el aumento de la producción de la OPEP, que ahora continúa. Lo que aumenta la probabilidad de que se produzcan problemas graves en la industria el próximo año.